Sobre Haiti y su Constitucion revolucionaria.
Haiti:
Constitución imperial
de Haití. 1805
En el Palacio
imperial de Dessalines, 20 de mayo de 1805, año II:
…En presencia del Ser
Supremo, delante de quien son iguales los mortales, y que ha esparcido tantas
especies de criaturas diferentes en la superficie del globo con el fin de
manifestar su gloria y su poder en la diversidad de sus obras:
En frente de la naturaleza entera, de la que nosotros hemos
sido tan injustamente y después de tanto tiempo considerados como los hijos rechazados:
Declaramos….artículo I: El pueblo habitante de la noble isla
llamada Santo Domingo decide aquí formarse como Estado libre, soberano e
independiente de todo poder del universo, bajo el nombre de Imperio de Haití.
Artículo 2: La esclavitud es abolida para siempre.
Artículo 12: Ningún blanco, cualquiera sea su nación, pondrá
un pie en este territorio con el título de amo o de propietario, y de ahora en
adelante aquí no podrá adquirir ninguna propiedad.
Artículo 14: Necesariamente debe cesar toda acepción de
color entre los hijos de una sola y misma familia donde el Jefe del Estado es
el padre; a partir de ahora los haitianos solo serán conocidos bajo la denominación
genérica de negros.
Uno haciendo una lectura rápida incluso, comienza a notar las
palabras y la intención con la que se fue escrita esa constitución, aunque solo
unos artículos vi; uno se detiene y lo primero es que comienzo por sacar
algunas cosas que seguramente algunos otros y otras también habrán notado:
La utilización de ciertos conceptos reivindicativos de la
visión religiosa o mística que se confecciono el negro llegado a estas costas
frente a África, ¡que poco sabemos de África!
Desde el principio se habla de –El Imperio de Haití- se me
ocurre el peso que tiene la visión religiosa dentro de la cultura negra en
Haití, es lo que lleva a conformarse como imperio en el que el supremo hombre
seria el emperador, depositario de una calidad especial que le confiere
soberanía legitima, mejor capacidad de decisión, sabiduría o simple carisma. Este
tipo de visiones organizativas-culturales dentro de una constitución de un
país, es un poco disonante con los intereses de independencia de lo que fueran
los países de América, donde la racionalidad que manda es la de la elite
liberal. También se comienza jurando no por un dios cristiano, ni católico, ni
romano, aunque se hayan absorbido públicamente y con sus particularidades,
tales formas de religiosidad; se jura “En presencia del Ser Supremo, delante de
quien son iguales los mortales, y que ha esparcido tantas especies de criaturas
diferentes en la superficie del globo con el fin de manifestar su gloria y su
poder en la diversidad de sus obras. En frente de la naturaleza entera, de la
que nosotros hemos sido tan injustamente y después de tanto tiempo considerados como los hijos rechazados”
incluyendo además una creación divina que para ser coherente, debe convivir con
sus diversidades, así negando todo tipo de exclusión por su color de piel, una
clasificación que históricamente se estructura desde el proceso de colonización
y que mas tarde, según Aníbal Quijano, llegaría a definir incluso le método de
control del trabajo en la actual sociedad globalizante.
La injerencia de esta respetabilidad del pueblo como creación
diversa de dios, se encuentra también en el linaje paternalista del que seria
el jefe de estado también y en el pueblo como sus hijos, desde luego declarados
como negros por su padre, para evitar las diferencias entre –hermanos de
patria-.
Claramente esta región mayoritariamente negra, en su
revolución, llevo a cabo un proceso de reivindicación como personas negras que
son, con sus particularidades materiales, desde una lectura del -otro blanco-
como agresor, social e incluso cotidianamente hablando; tomando en cuenta también
que los pocos blancos eran mas que todo extranjeros y esta, la primera
revolución de América se llevo a cabo por los negros, es decir la nación entera
liberándose de su captor, contra el racismo internacional vigente desde la
colonia.
Eduardo Galeano se refiere en su escrito corto –Los pecados
de Haití- las intervenciones que violentamente han formado o deformado a la
nación primera que pudo liberarse de la dominación francesa, y aunque pudieron
liberarse administrativamente, les
desangraron la cultura, con un conteo abundante de personas y lenguajes muertos
traducidos al francés. Haití como una mina gratuita de azúcar para Europa,
trata de dejar la dependencia de su
gente fuera de las fronteras, declarando en esa tal constitución la abolición
de la esclavitud y la imposibilidad de cualquier blanco de ser propietario
allí. Sin embargo se expone también a los intereses de las clases políticas
internacionales, no solo a las potencias europeas, sino mas actualmente a las
intervenciones devastadoras que ha realizado Estados Unidos, con el fin de
cortar los troncos que cimientan esta constitución de estado ideal negro y la
independencia de su gente, eliminar cualquier retoño independiente.
Varias medidas se han tomado para anexar Haití a la cola de
países en vías de desarrollo detrás de estas potencias; primero, los
intelectuales que bajo sus axilas acumulan sus libros llenos de desprecios
étnicos, pero no solo ellos tienen la culpa de su idea de progreso, los que la
llevan a cabo la naturalización de los resultados catastróficos la tienen mas
aun.
Ahora, con la convivencia cotidiana de una cultura
globalizadora en diferentes profundidades y matices; en un periodo en el que
las guerras mundiales y los residuos de guerra fría le ponen muletas a la
dependencia de la gente hacia el estado y del estado hacia las potencias
centrales, se da una revolución en Cuba, que marca otro paso de independencia,
opacado igualmente con la tradicional ley del hielo, conocida como bloqueo
económico de Estados Unidos a Cuba; dice Galeano que “La historia del acoso
contra Haití, que en nuestros días tiene dimensiones de tragedia, es también
una historia del racismo en la civilización occidental”, yo diría que además de
ser este fenómeno Haitiano, la historia del racismo occidental, es también la
historia de la represión contra todo tipo de divergencia, de acciones que
demuestren independencia y soberanía popular en el caso Cubano, marcado mas
abiertamente por la tensión ideológica y material de la guerra fría; En el caso
de Haití, por los mismos motivos además
anclados en una diferencia evidente para los otros, como lo es el color y la cultura.
En Haití el carácter colonial de las intervenciones de las
que ha sido victima tiene una evidencia muy viva en la cicatriz reciente que
dejo el terremoto, en su destrucción y en las llamadas cooperaciones con las
que ha sido atacada. Estados unidos con sus tropas de diplomacia internacional
(ONU) interviene inclusive en labores de control de aeropuertos y fronteras,
vigilando mas que todo un proceso de selección de representante de gobierno,
ahí de nuevo sus golpes bancarios surgen efecto, prestando y cobrando por el
desarrollo de los países; pareciera que las relaciones con Estados Unidos (y
sus instituciones internacionales) son diplomáticamente solapadas pero
realmente dicotómicas porque su cooperación involucra servilismo mientras que
si se siente ofendida, castiga con bloqueos económicos; De ahí que en el
periodo de guerra fría nace una organización de Países no alineados, como forma
de cooperación entre los despreciados que cometieron como dice Galeano el
“pecado de la dignidad”.
Se uso además de los insumos brindados por la profesora:
- El artículo: Haití saqueado por el capitalismo, con la
hipocresía de la cooperación internacional, de una revista en línea llamada
Kaos en la red. Articulo extraído de: http://old.kaosenlared.net/noticia/haiti-saqueado-capitalismo-hipocresia-cooperacion-internacional
- Y Eduardo Galeano en -Los pecados de Haiti-.
-Lectura de Anibal Quijano. Colonialidad del poder, eurocentrismo y America Latina.
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