Contraste en el Arte





(Sobre la visita a los museos de San José)

En la noche del miércoles visite el museo de arte contemporáneo (antigua FANAL) que exponía pinturas con sentido de disgusto hacia las redes sociales de internet, mientras de segundo visite el Museo Nacional (antiguo Cuartel Bellavista) que en su exposición permanente cuenta con muchas piezas de arte originario, precolombino e historia nacional.

El arte que se exponía en el Museo de Arte Contemporáneo como es habitual en el estilo, entra en un juego de representación social de la cultura cotidiana por lo que se puede decir que es conceptual y se dirige hacia la transmisión de un mensaje no siempre claro ya que se construye con símbolos visuales y frases escritas dentro de la sala, se podría decir que hereda la noción y expresión que tuvo el arte “pop” que es la reutilización de los símbolos de la sociedad de consumo norteamericana principalmente(marcas de ropa, comidas rápidas, objetos…), símbolos que a la misma vez son de características bastante urbanas, por lo que expresa los rasgos y decadencias(o contradicciones) de la sociedad moderna actual.

 El tema es sobre las modificaciones en la conducta y pensamiento producido por los artefactos electrónicos, y el consumismo; ahí brilla como símbolo actual el internet y la falsedad de las redes sociales pero expresadas más directamente en las composiciones expuestas; estas al parecer pasan por métodos abstractos de expresión que se basan en técnicas como el collage, con la característica de que las figuras humanas están totalmente despersonalizadas (sin rostro) o deformados con elementos mecánicos y tecnológicos, como formando híbridos entre la vida humana (biológica-cultural) y la tecnología creada por el mismo (por el sujeto humano abstracto).

Se puede entender de esto que la tecnología es vista como un ente que se vuelve contra el propio humano, para hacerlo más frágil,  degradarlo o automatizarlo, en general la idea se basa en el miedo a la estupidización del cerebro humano (viendo al cerebro humano como el fetiche que nos hace humanos y no animales). Esta gran crítica a la modernidad se hace presente desde luego pero en condiciones de “cliché” por lo que el contenido critico que pueda tener, queda reducido a la estética en muchos casos.

Si hablamos ya del artista y su motivación a expresar, uno puede notar que las características discursivas del arte que se presentaba son representadas más que por el contenido específico de cada pieza, por el hecho de que los autores proceden a moverse en series de obras con una temática similar que deja esclarecidas de una mejor manera las dimensiones por las que se encamina la conceptualización, además de haber pequeñas frases escritas por las paredes de las salas de exposición y que dan un complemento textual a los conjuntos de obras que se podían ver; la consecución en la series de obras construye una expresión y un discurso que se representa con imagen reconstruida o resinificada.

Es mucha la distancia, no solo en tiempo e historia, que separa a los dos museos visitados, se distancian tanto que crean un contraste cultural y una valoración bastante diferente, la carga tanto en su contexto cultural  como en el modo en que se percibe tal cultura actualmente.

En el Museo de Arte Costarricense  hay un mariposario, una exposición temporal sobre crónicas de colonizadores y expedicionarios europeos; hay también una amplia muestra de reconstrucciones históricas hechas a partir de indicios arqueológicos y paleontológicos encontrados en el país.

En cuanto al arte precolombino y originario, uno puede valorarlo como indicio para la reconstrucción histórica de sociedades, pero al contrastar con una mirada más actual que mira también esa herencia viva tanto como aminorada(por su presunta muerte), se tiende a ver casi románticamente el hecho de que las piezas precolombinas que están expuestas, mas allá de ser solo arte con un discurso, es arte que se filtra entre la cotidianidad de una manera contrastante al arte contemporáneo, porque contiene una profundidad  un poco más integral, son utensilios, artefactos, adornos, que sobrepasan el nivel más superficial de su uso utilitario, además de ser utilizados con un fin (artefactos) poseen una carga sea espiritual, ritual o simplemente de belleza que la hace (a la pieza) no solo una pieza de exposición sino un objeto utilizable, pero además de una pieza de exposición, lo es ahora aunque en el pasado haya sido un símbolo de las sociedades originarias pre coloniales y las raíces de los aun sobrevivientes de la colonia .

Ahí es cuando la división entre arte y artefacto ya no se ve tan clara, los objetos de uso habitual como una olla, un quemador de incienso, una pipa, un metate, son además representaciones (una clase de reafirmación de alguna faceta de la realidad) de animales conocidos e importantes, o de figuras humanas que son proyecciones propias, o de símbolos estéticos; sucede que los objetos cotidianos comunican y alimentan la comunicación de la cultura; pero eso, ahora en las sociedades modernas en las que ya no se autofabrican esos objetos sino que los hace la industria masiva, hubo una ruptura entre los objetos utilizados como herramientas y los que están llenos de representaciones artísticas (salvo tal vez en clases adineradas y objetos de lujo), por eso este tipo de artes de raíces precolombinas son acechadas por la maldición que los vuelve artesanías exóticas.

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