Comentarios sobre Aporofobia-Adela Cortina
“…resulta enormemente
difícil discernir cuando la soflama que se lanza frente a un determinado grupo,
de una forma u otra es un discurso que incurre en delito de odio que debe estar
legalmente tipificado…” (Cortina, 2017p.19)
Adela Cortina: Aporofobia, El rechazo al pobre
Las “sociedades” y sus modos de organización parecen poseer
una cierta manera de generar controles auto regulatorios si pensamos en una
sociedad donde se llevan a cabo ciertos tipos de relaciones coincidentes entre
personas y unidas por intereses, esas “características propias
de un grupo determinado” (Cortina, 2017, p. 17). Sin embargo posterior a esas formas de regularse propiamente la inercia intitucionalizada nos hace actuar por caminos comunes que suelen ser regulares para todo tipo de personas.
Haciendo un poco una lectura perspectivista de situaciones
que producen irritaciones sociales, uno podría escuetamente categorizar las
acciones de rechazo en niveles de afección, por lo que las presiones sociales como
la del brexit significo un mecanismo socio institucional que se encamino por
medio del estado y una cultura política hacia una acción puntual como la de
derogar un convenio económico con la unión europea; algunos de esos mecanismos
expresados en la regulación de poblaciones, tiene que ver con aquellas fuerzas
civiles ejercidas de una población contra otra, la <presión social> resulta multidireccional, es un fenómeno difícil
de direccionar si se piensa en consecuencias y podría categorizarse en niveles
del cual la expresión aparece en la opinión pública como una unidad pragmática
y tendenciosa de opinión.
De cierta manera es la institucionalización de una reacción
que combina lo racial, lo económico y lo nacional a partes que es difícil de determinar
de forma teórica o muestral, pues puede contener variables de ponderación que
no han sido consideradas en la mayoría de reportes políticos a menos que sea de
una forma posterior; de ahí se podría afirmar sobre la dificultad de discernir
sobre lo que se considera un delito de hecho, un delito premeditado, y lo que
es solamente presión a nivel de opinión pública o movilización de conciencias.
Claramente la primera distinción debería ser del carácter de
la acción y del carácter de sus repercusiones inmediatas y a largo plazo, por
lo tanto una <expulsión social>
posee un carácter no solo de movilización de conciencias, sino de un
pragmatismo, integrando ambas formas para lograr un rechazo de personas que
situacionalmente se encuentran en dinamicas que los sobre cargan y
sobredeterminan, esta consideración de la expulsiòn una consideración actual,
que actúa; y es generalmente una acción con resultados referentes al contexto,
a diferencia de las presiones sociales que pueden presentar solamente un modo
de movilización de la opinión.
Otro modo de acción presente en los contextos mencionados, es
el de <negación de caminos>,
que se puede traducir en políticas públicas o acciones civiles conjuntas que se
producen por medio de una saturación en dinámicas de movilidad social,
migratoria; es decir, afecta la movilidad social por un efecto –saturación-.
La especificidad de un caso dispondrà de la particularidad en
la conjunción de estos fenómenos nombrados aunque sea escuetamente, dentro de
los cuales, la presencia de estos últimos dos grados resultan coincidentes con
los “incidentes de odio” (Cortina, 2017, p. 32)
Por ejemplo, el fenómeno racial en europa, se debe en cierta
manera al peso cualitativo que se le atribuye a algunas poblaciones por su
procedencia y determinación de posibilidades de acción; es decir, los
inmigrantes si son pobres, resultan en un problema pesado para la sociedad
receptora, un ralentamiento de otros procesos considerardos prioritarios como,
en el caso del nacionalismo la prioridad de política nacional para los
nacionales y terminan por saturar los medios de entrada legales y los medios de
convivencia cultural e integración.
La aporofobia nos termina remitiendo a aquellas maneras en
que la sociedad se hermetiza o pide ser hermetizada para liberarse de
desbalances externos, o incluso para crearse las maneras de liberar esas
presiones sociales; y la manera más difusa es pues también la mas imprecisa, si
los grupos con muestras de rechazo son compuestos que salen por diferentes
combinaciones de posturas políticos y grados de acción; aquellos rechazados o
temidos también son un modelo difuso o estereotípico.
Siendo estos fenómenos sociales un elemento contextual
remitido a sistemas nacionales e internacionales, son necesarios de contemplar
como una posibilitación contextual tanto de los discursos agresivos que activan
acciones civiles, como de la imposibilidad aparente de una solución
institucional y la posterior reacción civil; de la misma manera existirán esas dinámicas
sobredeterminadoras que actúan a manera de pezadés sobre quienes no se ajustan
a las dinámicas, resultando en una tal <capilaridad social>.
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