La suave belicosidad de la cultura (ó summa culturalis)



La (a)cultura(ción) en la vida (geo) política: Summa Culturalis

Orlando Josué Cordero Calderón

 La parte maldita sólo es detestable cuando traspone un límite,
 cuando genera peligros imposibles de contener,
cuando arrasa con todo y se pone al servicio de lo negativo,
 de la destrucción, y sus obras de muerte.
Michael Onfray (2000) La construccion de uno mismo
(la escultura de si)
Es bien sabido el papel de la cultura actualmente en las sociedades contemporáneas, y sobre todo es interesante también como, si se hiciera un análisis sobre las capitales culturales, estas se corresponderían aproximadamente con algunas de las ciudades con mas poderío y a algunos de los países con mayor poderío económico, militar y participación política amplia a nivel geo político.
Entonces es valido pensar en la producción de estos mapas de la esperanza actual, como una expresión de la categoría que también promulga Sassen (2015) de las ciudades globales (p. 19); sin embargo, estas ditirámbicas de la esperanza también coexisten con narrativas del colapso que no provienen de diferente fuente, sino que son vertientes indisociables como lo es una peripecia en la que el conflicto inevitable es solo requisito de un buen final. 

Aristoteles en la poética, señala que la buena cultura debe ser aquella en la cual-las peripecias-  por las que pasa el personaje bueno u héroe en el teatro y la literatura, no deben vencerlo sinó fortalecerlo para finalmente dar un buen final, digno del esfuerzo y que deje atrás a los antagonistas. En ese sentido, la coexistencia de la esperanza-colapso es de larga data y de gran profundidad en la cultura mundial si se compara con el sentido de las peripecias. Si rastreamos este rasgo de la coexistencia esperanza-colapso, estas dos faces se encuentran articuladas como peripecias (colapso) y conclusión (esperanza), se encuentra en los libros, películas, en los refranes populares y por supuesto en las tácticas de opinión publica y diplomática.
EEUU: el territorio mismo de las libertades contradictorias y coexistentes.
Sin embargo el hecho de que estas dos visiones de la modernidad están presentes en los mismos espacios, las mismas ciudades y los mismos países donde la cultura, la economía y la política adquieren dimensiones estratégicas, hace importante el hecho de estudiarlas como expresiones de la cultura; así mismo tener en cuenta esta coexistencia, describe como un rasgo paradójico de las sociedades globales, la tolerancia a la contradicción como alusión a la libertad de expresión, libertad política y a otras libertades éticas.
Sin embargo, ¿cual es el transito que puede encontrarse en tendencias tan antiguas? como lo son la tradición cultural de la libertad en sociedades capitalistas; o en la política que apela al sentido común como recurso dialógico, de persuasión y convencimiento.
Para Lander (2015) todas aquellas características con que se suele acotar la modernidad y que parecían alabadas por su potencia para la construcción de una realidad benevolente con la figura universal de las democracias, son ahora un despojo que se vuelve contraproducente; deben para Lander (2015) ser siempre e históricamente adjetivadas de manera negativa.
En ese sentido Sassen (2015) y Lander (2015) comparten esta nueva visión de los procesos de modernización tecnológica hostil con la naturaleza que se articulan con la tesis de la economía sobre el crecimiento como bienestar para producir concentraciones de recursos económicos totalmente desiguales, con brechas crecientes; mientras al mismo tiempo la escenificación internacional de los acuerdos ambientales, y de la reinterpretación económica del bienestar retoman una posición notablemente contrastante.
Entonces, esta coexistencia presente en las sociedades contemporáneas, debe ser de la misma fuente si no quiere parecer contradictoria, si no quiere convertirse en su propia muerte como parece que lo señala Lander (2015); pues todo lo contrario, mas bien la tendencia ha sido que la estimulación de la diversidad cultural, la libertad y la civilidad, corresponden también con una estrategia cultural de las potencias para inculcar valores coherentes en un ambiente social y político con amplias incoherencias.
La naturaleza de estas elucubraciones de la libertad, es pues como la que señala Harvey (2014), provenientes de diferentes ámbitos sociales e ideológicos que enfatizan sobre un aspecto u otro de estrategia politica y militar, para calificarlo de acción por la libertad.

En general podría decir que es un recurso dialógico que ,sin embargo, tampoco por si mismo encuentra caudal, para los profesionales del discurso hegemónico o diplomático (Nye & Kagan), este debe corresponderse aproximadamente con alguna realidad de su país, o ciudad.
Así es como, la propuesta del estudio de la funcionalización del arte y la cultura, si se quiere estudiar en esos términos estructuralistas o de la reapropiación sistemática de la cultura(si se recurriera a un aspecto de los estudios frankfurtianos) por las hegemonías geopolíticas, se torna enfático en una manifestación de cambio, que toma grandes dimensiones en las sociedades actuales; es la recolocación de la cultura en las sociedades actuales para la definición de sus identidades, de las aspiraciones políticas, aspiraciones individuales y en un sentido amplio y mas reciente (desde lectura de una necesidad social desde la política internacional), como dimensión material de la diplomacia internacional que poseen países como EEUU con la propuesta de Nye (2010) sobre el poder blando como importancia de mantener una imagen arraigada a la realidad de la cultura popular estadounidense(pp.122-123), es política exterior dada por la gratuidad, sin que por supuesto se sustituya por esta, la diplomacia tradicional y la negociación económica. 

Precisamente por esta visión de gratuidad y que de cierta forma promulga la no intervención (no les es necesaria) de la producción cultural (evidente en su diversidad y contrariedad ), es que se retrotrae el significado de la libertad actualmente y se retoma como un signo positivo el hecho de que existan contradicciones políticas permanentes, son un signo de tolerancia.

En Harvey(2014) en su capitulo 14, se hace hincapié en la escenificación de la libertad por medio de los discursos políticos, y estos al fin y al cabo se construyen al rededor de la justificante de un bien mayor, general y trascendente que se lograría por medio de estrategias de politica publica en el caso de el square deal de Roosvelt, el cual ya como formación progresista acuña ese termino para referirse a la estructuración del estado y la economia a partir de unos valores de civilidad política; Bush por el contrario habla de libertad como valor sobre el cual descansa todo un estilo de vida del clean look , es decir, una libertad vaciada y llenada con cualquier clase de conveniencia orientada a la defensa bélica, en este caso, frente al medio oriente agresivo.

Estas libertades, son fragmentarias en el sentido en que cuando se invoca a la libertad, esta se posee como concepto y se utiliza como arma; no siempre se hablan siempre de las mismas libertades cuando se usa de manera moralizante, y el concepto se convierte en una agregación que se sesga a gusto del retor.

Sin embargo, esta libertad y sus referentes aunque fragmentados, es la que soporta la operación sociológica de los retores, al convertirla en una postura concetrada en referentes de las "ciudades estado", o como diría Sassen (2015), de aquellas Ciudades Globales; las nuevas libertades de comunicación, convierten a las ciudades globales en Mapas de Esperanza; que sin embargo son solo parte de las formulas retóricas y que con forme se nutran aquellas visiones se pertenece a la globalización; con forme se participe de ella no se es tan brutalmente expulsado de la "modernidad" o por lo menos se reducen un poco las posibilidades. Entonces, de esta función redistributiva (ahi si estructurada, funcionalizada, economizada e institucionalizada), se adjunta la de absorción de las culturas y ciudades no hegemónicas que se relacionan con las ciudades globales. Actualmente, la ventaja de estas ciudades es que no necesitan de tal funcionalización, ni de la formación de una identidad nacional, talvez alguna mostrada como hegemónica, pero que en ese sentido no siempre necesita la expulsión de subalternos pues los puede señalar como base material de la libertad.

Los mapas de la esperanza, coexisten entonces en la misma fuente con los Mapas del Colapso, estos últimos son sus limites, corresponden a los efectos expulsores y brutales de la conformación de las ciudades globales; pero como podemos ver en Sassen (2016) y en Fassin(2017) los afectados corren de su peripecia hacia el ex machina que puede no llegar pero que señala la existencia del imaginario de los mapas de esperanza y de los logaritmos que conforman los expulsados con respecto a las ciudades globales.
Una deriva cultural ¿Arte "formal" como arma política?
El arte en su forma mas difundida como cultura para el consumo o en ultima instancia el entretenimiento es en si una dimensión de la vida humana, que sin embargo se ha convertido en un instrumento de producción de subjetividades, no sin antes pasar por la etapa típica del estudio de la Escuela de Frankfurt, su reproductibilidad técnica, su resultado de absorción en la cultura y de paso neutralización cultural de la radicalidad negativa que pueda tener el arte.
El arte siendo un fenómeno de la cultura, ha adquirido importancia patente para el establecimiento de una renovada visión del capitalismo, así mismo para calar en la cultura popular y hacer disponible la opinión favorable de las personas sobre el sistema actual; si se estudia el contexto actual como posibilitador de la economización de la cultura, nos encontramos con muchas manifestaciones que podían citarse en los meta comentarios culturales de Frederick Jameson sobre el Capitalismo tardío, o en los estudios de la cultura pop ampliamente ligada a la propaganda, a fines comerciales; sin embargo pocas veces se le liga con los discursos de libertad y la política diplomática, la cual se puede definir acá como una diplomacia gratuita que consiste en convertir las ciudades globales en destinos culturales como una dimensión más del conglomerado de funciones necesarias para las operaciones económicas internacionales; ya Nye ve esta gratuidad diplomática de la cultura, en el sentido de que se vuelven menos forzadas las negociaciones, se enfatiza en poner al enemigo de su lado para así, reducir las muertes de soldados y demás medidas que posibilita el recurrir a un ambiente cultural como tal.
Así es que en las ciudades globales, se concentran aquellas dinámicas  que si bien Sassen (2015) las define como “espacios estratégicos para funciones económicas avanzadas; esto incluye ciudades construidas desde cero y también la renovación, con frecuencia brutal, de ciudades antigua”(p.19), se puede argüir que en esta red global de ciudades, las transacciones culturales no son ausentes, y mas aun, estas ciudades como señala la autora y mas tarde se va a argumentar, se conforman como centros culturales que han definido las tendencias mundiales y que incluso siguen haciéndolo pero ahora mas que nunca, para reforzar el sentido de libertad y de posibilidades de vida dentro de esas ciudades globalizadas.
Iglesias & Molina (2005) dan pie para la vinculación de la planificación social y económica en un programa político con rasgos marcados de diplomacia interna blanda, gracias a la definición de la producción de estudios políticos :
“los thinks tanks se valen de un instrumento sumamente eficaz para conseguir su objetivo de influenciar en la opinión publica general y particular; de la mano del denominado cuarto poder, los medios de comunicación canalizan sus ideas, cristalizadas en orientaciones políticas que esperan sean bien recibidas” (p. 5)
Si bien el interés de este tipo de consultores o asesores de política publica y política internacional es el de producir una línea de estudio funcional a los intereses económicos y políticos internacionales que se vinculan al funcionamiento de las ciudades globales; ese rol tradicional de los medios de comunicación con respecto a la opinión publica ha sido aprovechado en su máxima expresión en los países en los que incluso se pueden categorizar los medios por posturas políticas afines al gobierno o de oposición, neutrales, izquierda, conservadores, de entretenimiento, etc.
Aun así, si el papel comunicativo y de generación de consenso popular  para justificar determinadas acciones políticas, es de larga data, ¿cual es el nuevo fenómeno?, ¿cual es el proceso de cambio que se expresa allí?
Aquel del que participa Nye (2010), pues él siendo un asesor de seguridad preocupado por la legitimidad de la nación norteamericana y por la popularidad de la cultura estadounidense en el mundo, propone la prevalencia de un poder blando en este campo cultural y acotado; que no se reduce a los acuerdos comerciales, o a la negociación de cuotas políticas a nivel supranacional, sino en la generación de un interés mundial por el estilo de vida estadounidense.
Si bien en épocas anteriores se apelaba no necesariamente a la cultura, sino a la civilidad como valor, a la moral y la ética, y con esto se hace referencia a la primera mitad del siglo XX o antes; Nye no es el único que ha visto la necesidad de dirigirse a la cultura como herramienta de prolongación política.

 Iglesias & Molina (2005) también introducen otro autor, a Kagan, que sin embargo siendo mas conservador, si entrevé también algún cambio social al cual los conceptos clásicos de la diplomacia deben adaptarse; a partir de las nuevas problematizaciones del “cambio climático, la explosión demográfica, la globalización” (p. 15), sobre todo con el ascenso de nuevos países en el escenario económico y político que podrían debilitar la fuerza geopolítica de EEUU, en ese sentido, para él, no es solo la diplomacia sobre estos temas, la que puede jugar un papel multilateral en el nuevo mundo globalizado, sino los avances en tática militar estadounidense.
Sea entonces el poder blando de Nye considerado por él mismo como una necesidad para la política internacional, y en ese sentido el principio de atracción cultural juega una base importante; para Kagan atender esos asuntos como prioritarios es demostrar debilidad, ambos consideran las nuevas estrategias militares como primordiales, pero sus soluciones de corte cultural en el primer caso, son las que llaman la atención por la utilización que hacen de la producción artística ligada a capacidades de una gran nación y sus valores cívicos, no necesariamente a una identidad nacional por demás, fragmentaria e inútil en estos tiempos.
Los brazos de la Venus de Milo:
Para ejemplificar, la ubicuidad e importancia de la cultura en las sociedades desarrolladas o incluso mas actualmente en las ciudades globales, con sus múltiples atracciones culturales, económicas  y capacidades políticas; el caso de una obra de arte, altamente valorada como lo es la Venus de milo y la historia de su recuperación que le subyace, es sumamente ilustrativa.
Venus: La ultima postura a la derecha, es en las reconstrucciones de los relatos,
dada como la postura original, antes de ser destruida por el altercado turco-francés; 
falta la columna que sostenía aparentemente la mano con la manzana.
En su libro sobre historias de las artes y no historia del arte necesariamente; Frers (2006) señala aquellas historias acerca del hallazgo de las obras de arte y los conflictos políticos, mas que todo diplomáticos que suponían la definición de su pertenencia y sobre todo, las determinaciones unilaterales que se daban en cuanto una pieza nueva salía a la luz.
El caso de la Venus, es tal vez un poco mas ilustrativo por convertirse en un símbolo de cultura internacionalmente y que sin embargo reside en París, una de las capitales culturales y ciudades globales importantes del planeta.
 Esta escultura fue objeto de una pugna cuando fue descubierta en 1820 por un navegante francés en una isla que entonces pertenecía a los gobiernos turcos-otomanos; la pieza se encontraba en una cobertizo de cabras colocada en dos partes, al ofrecer comprarla, debido al precio elevado se tuvo que acudir a la ayuda de un diplomático francés en Estambul para realizar la compra. Al cabo de un tiempo al llegar a concertar la compra, unos soldados turcos estaban movilizándola pues “ por entonces Milo pertenecía al imperio Otomano, y su gobierno se sentía con derecho sobre lo que había sido desenterrado en ella” (Frers, 2006, p. 127).
La pugna que sobrevino terminó por el traslado de la escultura a Francia, lejos de las manos de su descubridor, un campesino de milos y de los otomanos que tanto la valoraron; y se entregó como regalo al rey Luis XVIII; en parte por la complicación que se presento en la época por parte de la familia de campesinos y los gobiernos turcos.
Esto es muestra de la operación diplomática que supuso el hallazgo de la venus, un poco al margen del derecho internacional establecido por la territorialidad y no menos controversiales para la valoraciones del arte, pues incluso esa diatriba entre turcos y franceses alcanzo el nivel de disputa como para señalarse causante de la perdida de las manos de la escultura; sobre el campesino se dice que “Una versión distinta sostiene que Yogros encontró también la mano izquierda sosteniendo una manzana, junto a un parte del antebrazo, y que alcanzó a ocultarlas cuando llegaban los soldados imperiales turcos” (Frers, 2006, p. 128).
Aun estando en el Louvre la escultura siguió siendo disputada, después de ser trasladada de Milos a París estratégicamente por la misión diplomática; para 1960 los turcos reclamaron el símbolo de sofisticación y progreso que sostiene la imagen de la venus, a lo que decían que fue vandalizada por los franceses al arrebatarla y “haber robado literalmente la estatua” (Frers, 2006, p. 129)
Incluso los Turcos justificaron el descubrimiento de Yogros como un error y por tanto también condenaron el robo del símbolo por parte de los franceses, para eso, después de un estudio que realizaron los turcos por medio del jurista Ahmed  Rechim, el cual afirmaba que “la Venus pertenecía desde tiempo atrás al patrimonio artístico turco y que había sido enterrada en la apartada isla de milo para protegerla de robos y depredaciones”(Ibid)
La defensa francesa consistió en la comparación de la venus con la Madelón, un símbolo de la libertad en la revolución, pero que poseía por tradición un sombrero frigio; en ese sentido, la cercanía de el arte objetual con ideales políticos establecidos directa o indirectamente ha sido desde esa época e incluso antes importante para las ciudades y naciones que desean resaltar algún valor moderno; la defensa por la diplomacia en este caso es directa, por el jurista y el ministro Marlaux de cultura francés en 1960, por diplomático francés y los Otomanos en 1820.
Las discusiones siguieron incluso en cuanto a rasgos escultóricos sobre si los ojos de la Venus eran orientales o no; lo importante acá es que no es el único caso de cuestiones similares, en donde se ven involucradas las opiniones sobre curadores, artistas, diplomáticos y políticos en cuanto a la definición de un patrimonio cultural que en variadas ocasiones incluso no les pertenece.
Dama de Elche, o "Dama Mora": negociada por franco a Vichy
Así ocurrió también con el arte ibérico y la política exterior de las capitales políticas del arte, una obra encontrada en España y que permaneció en el Louvre, fue sujeto de una especie de repatriación por parte de los fascistas, pues “franco negoció su retorno a España con el gobierno de Vichy a cambio de algún favor indeterminado” (Freres, 2006, p. 136); una muestra importante del principio de acumulación de la ciudades como se les viene describiendo, es que la escultura termino en el museo del prado a pesar de ser reclamado por los lugareños vecinos de su lugar de descubrimiento, esto debido a las resistencias de “tanto las autoridades franquistas como los gobiernos democráticos” (Ibid)
Por otro lado el arte egipcio fue  reapropiado por los gobiernos ingleses  y justificado hasta el hartazgo por una razón cultural hasta 1991 (Freres, 2006, p.122 ); lo que hace comprender el papel diplomático del arte para los centros políticos de las ciudades globales e incluso como parte de esas negociaciones típicas del poder blando de Nye, no solo  funcional a la conservación de un patrimonio cultural. La propuesta central y bastante sugerente de estos ejemplos, es que la cultura puede llegar a ubicarse como la excusa material y demostrada de las relaciones diplomáticas de auto preservación “espiritualizada” (si se recurriera a términos frankfurtianos), donde incluso las piezas de arte no son lo central, los diplomáticos son incluso un poco iconoclastas con tal de poseer el prestigio de engrosar el patrimonio de una ciudad (sea París, New York, Washington, Madrid o Londres).
En ese sentido, para Nye y su “Poder inteligente”, la funcionalización de la cultura no ya para medios solamente económicos sino como un trasfondo político indirecto y referenciado cada tanto, es un elemento ahora central de la diplomacia que sin embargo no debe olvidar la vía militar, mas bien es la búsqueda de medios para su legitimidad de la que podría ser parte estas maniobras con el patrimonio cultural; es necesario señalar que si bien  la propuesta de Nye es importante de analizar, se ve que las operaciones por el patrimonio artístico no son exclusivas de EEUU y del arte popular norteamericano, son en general estratagemas de las ciudades globalizadas con mas capacidad política.
Esta nueva política de la cultura posmoderna es sumamente señalada por su capacidad ideológica, por hacer énfasis en su contexto de producción, es decir ser auto referencias; no es ya del tipo de patrimonio que señala el libro con la cultura alta o su popularización por los museos; la nueva popularización es la del tipo de Nye, la de los géneros norteamericanos de cine, el ambiente cultural de libertad que evoca la coexistencia de la esperanza y la desesperanza que cargan las distintas producciones  artísticas y por su puesto, esta nueva política internacional apelando al clima cultural es un elemento que no se ignora en las ciudades globales, ni tampoco los lemas del tipo “somos un país libre” para justificar la disidencia no bélica hasta cierto punto.

Revisitar la desigualdad: El payaso de las desigualdades
Estas reapropiaciones diplomáticas no serían tan asociadas a un conglomerado político concentrado en ciudades si no se comprendiera la cultura desde los criterios de la desigualdad que propone también Sassen (2015) y que se han venido exponiendo a lo largo de este escrito; las dimensiones de la brutalidad que generan tanto las disputas por la cultura como el papel justificador bélico de la misma, son profundizadas cuando la autora propone su programa investigativo con el objetivo de “revisitar la desigualdad”(p. 17), si bien sus propuestas en el libro sobre expulsiones se dedican a la expresión de los instrumentos económicos y sus resultados mas inmediatos a nivel de devastación ecológica, estas no pueden llevarse a cabo por si mismas, son acompañadas de un elemento que no es para nada nuevo, un interés que despierta en la ciudadanía la atracción inmediata, y es lo que lo hace tan peligroso este modus operandi legal, es legitimo tanto legal como socialmente.
 El estado de bienestar se retrotrae y se re escenifica por ejemplo, por medio de los instrumentos financieros y las hipotecas basura(Sassen, 2015, p.21) que menciona la autora; se hace pensar a las clases medias (mismas que sufren el empobrecimiento sistemático en las ciudades del globo) en el beneficio creado a partir del acceso a vivienda pero bajo un riesgo incrementado históricamente, de perder las inversiones hechas; una desigualdad y un riesgo de clase que sin embargo se oculta tras estrategias económicas donde lo único seguro es el hiperbeneficio de los socios ejecutores.
Las clases aun mas populares de las que son objeto los escritos de Sassen (2016), señalan aquellos datos al ras del suelo, que se corresponden con dinámicas de clases populares motivadas por la cultura popularizada, el chovinismo (si se aplicaran actualmente a EEUU), el nacionalismo y demás elementos interactuantes en uno u otro caso, sea para promover una expulsión masiva de migrantes de su propio país o para reaccionar contra la inmigración; así los monjes budistas expulsan violentamente a sus coterráneos,  los fundamentalistas árabes provocan una crisis masiva de desplazados y la aridez económica en algunos países africanos con resultados similares.
En estos términos, los elementos movilizantes suelen ser de tipo emocional-económicos y con intereses profundos de las clases bajas en mantener su supervivencia en el territorio a desplazar, aunque este sea luego tomado por operaciones económicas internacionales.
En una versión cruda del chovinismo, el movilizante es el "Alcohol, sexo, dinero" como demandas de la ciudadanía popular (desmovilizada), como cultura mediatizada de la misma; si embargo también lo son de la misma manera y con diferentes resultados sus equivalentes de clase, el entretenimiento o cultura de consumo, matrimonio o sanas relaciones sexo afectivas y trabajo. En esta ultima variante de esta operación analítica de reducción cultural a tres demandas radicales de la cultura popular, se encuentran las posibilidades y motivaciones necesarias para re escenificar el estado de bienestar de una manera agresiva, por un proceso de encantamiento de las clases medias recurriendo a la memoria de la añoranza de un modelo de vivienda digna.
La reducción de dimensiones de sentido necesarias para el éxito de las herramientas económicas, la puesta en marcha de sus dinámicas al ras el suelo, y su reconversión a simples enunciados de sentido común, no es en realidad una operación analítica de gran valor, poco da para entender en sentido sociológico la función que adquieren las practicas políticas discursivas y que apelan a los sentidos-sentimientos, desde ambos lugares emocionales, el disfrute y la desdicha; esa recurrencia a los elementos coexistentes en la modernidad y que su conjugación permite una realización bastante limitada de la libertad de sectores populares.
En si lo que Sassen (2015 & 2016) quiere señalar, es que las dinámicas al ras del suelo y los instrumentos económicos complejos, se corresponden estructuralmente y se convierten en una profundización de las exclusiones sociales, transformándolas en expulsiones sociales, pero además para ella ese es el patrón de desarrollo predominante en la globalización; y en ese sentido, el argumento de que esa articulación precisa de una defensa cultural, diplomática y mediática es bastante cercano al análisis de Sassen y demás autores abarcados, mas aun, que esas precisiones son cada vez mas relevantes como rasgos de las sociedades globales y de las practicas de Geopolítica.
En ese sentido, los expulsados y brutalizados, son despojados de sus intereses complejos para ser dejados con sus intereses mas básicos y de consumo radical; a cambio las entidades académicas diseñan su politica social del hiper beneficio que despoja también a las clases medias de su estabilidad.
Los despojados en Sassen (2015) son las clases medias y los pueblos que son despoblados por los instrumentos económicos en función de una forma productiva de sobre explotación ambiental; en Sassen (2016) son pueblos que se redirigen por el logaritmo de las Ciudades globales y su "atracción" o poder blando patente en los mapas de la esperanza; los expulsados son entonces desplazados primero de sus condiciones de vida, luego del sistema social y  en una version mas brutal, de su lugar de residencia y país; pero siempre la siguiente opción parece ser una ciudad global o su aproximación.

Cuando hablamos de identidad hegemónica o subalterna, y su no exclusión mutua, no significa que no exista la exclusión, significa que simbolicamente y culturalmente no se hace necesaria la eliminación de ese actor de la escena política, social y simbólica; talvéz para las ciudades globales sea necesaria una operación de expulsión a raz del suelo, y esta se resuelva por el nacionalismo difuso, pero la figura de musulmanes Myanmar (Sassen, 2016) o de musulmanes desplazados, no fue eliminada sino localmente. De igual forma, Myanmar no conforma ciudades de la clase que se estudian; las ciudades no globales pueden entonces ser objeto de las operaciones a distancia de las ciudades globales y así, las obras de arte son despojadas, los símbolos de cultura  son despojados, diplomatizados y se intercambian por cultura de consumo radical (alcohol, sexo, dinero), una cultura del colapso.

Las dimensiones de desigualdad alcanzan la expulsión cultural, económica, de intereses, exclusión de los bienes identitarios y simbólicos; eso hace hipermovilizables a los grupos humanos por medio de nacionalismos como en Myanmar y mas actualmente en la India contra los igualmente migrantes musulmanes.
De la política a la patética
Con la especificación de los diferentes tipos culturales elaborados (los sentimientos de identidad, los valores de libertad, y la cultura a todo nivel de clase , un impacto keynesiano) el lazo de unión tiene que ver con aquellas coincidencias estructurales de las cuales, estos tipos culturales, juegan un papel diferenciado cada uno en la justificación sea nacionalmente en política publica o internacionalmente en la diplomacia de las diferentes expresiones locales de la globalizacion o afinidades sistémicas de Sassen (2015).
Si bien estos tipos culturales, son recurrentes y utilizados para justificaciones de diferente tipo, mas o menos inducidos en las poblaciones, todos pertenecen a una gran categoría de sensibilidad que se constituye a criterio propio, en el modo predilecto de hacer política en las sociedades actuales, e incluso son fundantes de las políticas publicas, es decir, no son solamente justificantes.
Sin embargo, recurriendo al principio mencionado en el apartado anterior, las expresiones de clase de esas sensibilidades son diferentes, deben ser estudiados como diferentes por el hecho de que el indicio de estudio de los autores arroja que es la -cultura popular, las dinámicas al raz del suelo-, o por el otro lado -los instrumentos económicos, los funcionarios, los tink tanks o los medios de comunicación- los que expresan este nuevo tiempo social; la permeabilización cultural de todo el ámbito económico y político es entonces también rastreable en estas agrupaciones diferentes, y agregables en criterios de clase.
Alguna política publica, puede fundarse en un miedo intersubjetivo de la misma especie al que hace énfasis Corey (2009), a pesar de que el se refiera al recurso de la sensibilidad fuerte que supone el miedo como justificante, bien puede interpretarse por esta línea que se sigue, el miedo es un criterio que se puede complejizar en los aparatos hechos para pensar la política pública e internacional, y ahí adquiere dimensiones referenciales que puedan ser utilizadas para retroalimentar mediáticamente la visión de la seguridad, la delincuencia, la etnicidad e inculcar al ras del suelo la versión multireferenciada del miedo.

No se esta argumentando que no pueda haber manipulación de la información, y que el miedo no pueda ser usado políticamente para fines específicos de interés en las clases políticas, es justo eso lo que se quiere decir, sin embargo ese miedo puede nacer desde comportamientos sociales de bajo vuelo, e igual los intereses pueden radicar en estos espacios bajos de la sociedad, en el trafico de órganos y el coyotaje (Sassen, 2016, p.33) para casos de migraciones masivas. Los ejes del análisis especifico de los casos, y la capacidad de estas teorías, son los de ampliar la visión y observar interacciones estructurales, patrones culturales, y factores de clase que hacen que un mismo fenómeno tome diferentes expresiones contextuales, y que por tanto sea recibido por las poblaciones de una manera fragmentaria desde sus intereses sensibles mas inmediatos, pero en su mayoría con resultados netos similares para los medios de comunicación, los intereses diplomáticos y de politica publica: el apoyo
Cabria entonces definir por lo menos dos acepciones de lo que se considera patética, la primera definición es aquella que es mas apegada a la etimología y que se puede encontrar en los escritos de Onfray (2006), una sensibilidad que se convierte en guia frente a un ambiente poco claro, donde la valoraciones de lo que conviene se proviene desde lo mas inmediato, por ese camino, la ética resultante es tácita en el sentido mas clásico del liberalismo tradicional, pero también critica, en cuanto que hace un rechazo sensible de las causantes de desigualdades sociales sentido como riesgo corporal.
Las afecciones o pathos juegan acá un papel central sea que se categoricen por los individuos como sensibilidades placenteras o como enfermizas, en términos incluso de inmediatez, para Onfray (2006) lo que interesa es que es una necesidad para las personas la dilucidación que de hecho, en algunos casos se hace sobre la preferencia de un bien a largo plazo y que expresa en realidad la reflexión, calculo sobre sus condiciones de vida.
En otro sentido, la patética, también evoca para Fassin (2017) una sensibilidad muy diferente y que proviene de un uso alternativo de la palabra; para este autor los funcionarios encargados de la atención social, utilizan criterios patéticos para el otorgamiento de beneficios, y así mismo el discurso patético se asume por los solicitantes, como defensa del decaimiento y de los cuerpos sufrientes que habitan; a diferencia de Onfray(2000) la patética en este otro caso posee un connotación negativa sobre todo por el hecho asociado a su uso, el de la discriminación entre  merecedores y no de un beneficio económico por condiciones precarias de vida.
En Corey (2009) por ejemplo, se puede hacer el ejercicio de clasificar esas consideraciones patéticas, como pertenecientes a una afección negativa que se hace inculcar en ámbitos de política publica, para de cierto modo justificar que el miedo y las peligrosidades vividas, existen en razón de los problemas de inmigración, racialidad, cultura de medio oriente, ineptitud de ciertos lideres políticos, etc.
Se apela entonces a los limites sociales que menciona Onfray (2000) entre los efectos negativos y positivos de las consideraciones patéticas (la version critica de la patética), si bien otra vez estaríamos en el campo del sentido común, este aspecto es importante, pues muestra esos procesos inducidos por la patética, que es inherentemente generadora de juicios fuertes y con una justificación radical que va desde -es mi cuerpo, no me conviene, lo siento como peligro personal, amenaza mi estabalidad- y demás expresiones de estas recepciones.
El uso político de las sensibilidades entonces no es casualidad, no es un resultante, es utilizado por la diplomacia, los think tanks, los políticos y medios de comunicación para inducir respuestas poblacionales sobre situaciones que se escenifican como extraordinarias y que en realidad son cada vez mas expresión de desigualdades profundas. El eje de estas nuevas estrategias políticas, podría decirse, no es solo la inclusión de un componente de diseño cultural, sino el paso de la política a la patética; el uso transicional de una política de las sensibilidades, en las que los sentimientos mas fuertes son también las bases justificacionales mas exitosas para desmovilizar hacia la nueva política patética.
Entonces, si las sensibilidades son utilizadas tanto para la politica nacional, otorgar ayudas a extranjeros o personas en condiciones precarias  de trabajo, queda establecido que en aquellos casos mencionados en las lecturas, las emociones que deben despertar son aquellas mas  fuertes; es imposible fundar politica publica y retroalimentarla con referentes a la opinión publica, apartir de emociones débiles o neutrales (según Kagan).
La reducción de los intereses de clase popular como lo mencionaba antes, evidentemente no incluyen aquellos que tienen los diplomáticos o políticos, pues ellos ven los intereses de mantener la predominancia como algo propio de una agrupación abstracta, la nación, sin embargo esto no excluye el hecho de que existan identidades contradictorias a lo interno; y en ultima instancia se refieren al bienestar personal o la estabilidad social como un interés personal y compartido.

Sin embargo, las reducciones sociales en razón del sentido común popular o de raíz proletaria de "alcohol, sexo, dinero", o en sus variantes de clase media "cultura, sanas relaciones sexo afectivas y trabajo", son entonces las maneras de despertar esas consideraciones patéticas sobre sentidos básicos de supervivencia; si bien esas son reducciones muy simples, así de simple es convertirlas en elementos amenazados, en objeto de consideraciones patéticas (sigueindo Fassin).

El hecho de re-colocar esta formación cultural re-polítizada, es el de señalar que no es que la utilidad política de la interiorización patética que encuentra Fassin es novedosa, tampoco que se utilice el terror o el miedo coyunturalmente para justificar acciones militares, o que con el mismo fin se emitan criterios de "deber ser" de la libertad mundial; lo novedos es que continuamente se esté acudiendo a la organización tácita de la cultura de EEUU o de los países Europeos, Asiáticos y sus Ciudades globales, lo singular de esta nueva especie de cultura politica es que se esta recurrencia sea ahora un requisito, un bien sin el cual no seria posible su propuesta.

Conclcusiones:

El hecho verdaderamente singular, es el papel cada vez mas importante que juega la cultura, y la capacidad que tiene para ocultar los criterios políticos, no por que sea perversa ideológicamente, sino porque en sí se puede usar como excusa, puede ser reestetizada; y los asesores políticos en ese sentido, se encuentran con la dificultad de traducir sus intereses a bienes de difusión cultural siempre que deseen el éxito, la formula encontrada en ese sentido son las sensibilidades fuertes, autoevidentes e ireductibles conectadas directamente con la conyuntura, no ya la tradicional cultura popularizada (arte pop y de consumo, arte sumamente ideológico)

Por ese carácter de aparente irreductibilidad, es que el análisis que desde el principio se señalaba como posible "funcionalización de la cultura" no es suficientemente potente para explicar la situación actual; la coyuntura no consiste en que la cultura se readecue para servir a un orden del sistema social, o que simplemente se creen estructuras de encauzamiento de la cultura hacia fines económicos o diplomáticos; la cultura no necesariamente debe cambiar su formación de ideas (o su estilo) para ser parte del sistema social imperante como de cierta manera tendía a pensar Adorno y las teorías Frankfurtianas, cuando observaban la recepción del publico al arte y la operación de opinión publica en que consiste la , como si lo hace en la publicidad o el arte pop.

El cambio al que se alude acá, consiste mas bien en la identidad que se hace de ese espacio cultural tan amplio, contradictorio, arquetipificado, por medio de sus supuestos valores permisivos pero con un fuerte limite de autoconservación  traducido en libertad civil (una libertad, por demás, fragmentaria); el éxito de estas tendencias de diplomacia y opinión publica, es que tampoco necesitan readecuar el arte como un órgano propio, sino que identifican amplias concepciones muy diversas (cuando nos referimos a cultura hablamos de sentido común, consumo e incluso arte), con cuestiones sumamente especificas y cercanas a cada individuo que permiten defender esas concepciones amplias, contradictorias y diversas.

Cuando hablamos de contradicciones, es importante dar cuenta de que en el sentido en el que se han venido entendiendo desde el inicio (relativas a la esperanza y el colapso ), de manera estética y patética; las contradicciones sociales son en realidad estetizadas para y desde el sentido común como expresión de la libertad de empresa, así también con elementos de secuencialidad "después de la tormenta, sigue la calma", "no hay mal que dure 100 años", religiosamente se traduce en  la espera, justicia poética, etc; entonces no importa que tan mal la pasemos, existe una justicia propia al trabajar por ello, es el concepto de la peripecia aristotélica, muy antiguo, de mas de 28 siglos y que sigue presente en la cultura popular.

No se quiere negar que se este pasando de una etapa del desarrollo económico-social a una nueva etapa; en realidad, este documento debe leerse como un sumario de efectos y de respuestas diplomáticas hacia los problemas que ha supuesto la gobernabilidad; no existe talvéz un recambio general de los modos de hacer territorio, es decir, por medio de la economía, la política y la producción de gran escala de toda clase de bienes monetizables.

A todos los efectos de radicalización de las desigualdades, se suma el efecto cultural de estas, que sin embargo puede tomar centralidad no solo en los análsis por su novedad, sino en la misma manera de hacer política por aquella manera de considerar todos los demás problemas como naturales o desde perspectivas de gobernabilidad, mas controlables. Estos efectos materiales de la cultura, por tanto si se vuelven centrales pero no borran otros efectos materiales que actúan igualmente en las sociedades actuales, que son resabios de modelos de democracia anteriores, que proceden de tradiciones de pensamiento que han caído en desuso por su incapacidad de abarcar este tema; si los fenómenos culturales dentro de la política (expresada en el populismo contemporáneo), en la diplomacia y la economia borran las maneras anteriores de construir sociedad y gobernabilidad, lo hacen solamente en el imaginario general, las invisibilizan o en casos mas extremos (sociedades agrarias y democracias liberales) las reducen a pequeños espacios olvidados, marginalizados y riesgozos.

Este fenómeno de olvido, o reducción de los modelos anteriores, es si bien se debería saber, no un efecto de solo burguesías nacionales o diplomacias; debe entenderse como un ejercicio de recepción y producción de consenso social; sea por las formas de opinión publica diseñada por think tanks o por personalidades atractivas, promulgadores de políticas publicas o una combinación de movimientos sociales y dialogo social.

Para pensar la realidad costarricense en este marco de relaciones internacionales, se deben encontrar aquellas afinidades sistémicas que insertarían a Costa Rica dentro de los mapas de la esperanza; sin embargo por las cualidades del país (y no es por particularismo snob), la confección de las ciudades tiende a ser siempre de manera radicalmente acumulativa, sin embargo eso ha cambiado desde que se han aplicado esquemas de descentralización y se han visibilizado mas otras identidades dentro del territorio nacional aunque a costos humanos incluso.

En Costa Rica, la cultura diversa si se ha hecho sinónima de libertad, al igual que la confección geográfica ha hecho del país un espacio atractivo para los naturalistas, ademas de un lugar con un espacio de formación técnica con un buen ritmo de crecimiento y contribución global; de igual manera es un lugar de paso para migraciones de desplazados auque también actualmente se ha convertido en un destino de residencia y eso podría asemejar al pais con la atracción diplomática y también hace aparecer este territorio dentro de los mapas del colapso.

En todas estas cuestiones acerca de varias capas de significado, de relaciones traspuestas entre diplomacia internacional y "auto evidencia interna" de la posibilidad de construir mapas de la esperanza; lo que cabe tener en cuenta es, sobre las aristas que estas nuevas relaciones se confeccionan y como afectan a la sociedad en su generalidad de una forma central que antes no habían adquirido. Las estructuras sociales que lograron desprender aquellas políticas de mercado, desarrollistas y descentralización privatizadora, son solo la base común para que unos ciertos autores puedan proponer exitosamente la autoevidencia de sus posiciones sobre la cultura libre como forma de atracción diplomática.

Es por eso que si bien, este discurso diplomático y estrategia militar, puede despreocuparse de la creación de estructuras de espiritualización cultural (en términos frankfurtiano) que ya se encuentran ampliamente desarrolladas en conjunción con dinámicas de mercado que permiten hasta cierto punto la disidencia política y cultural como señal difusa de libertad. En ese sentido la teoría estructural es insuficiente para la explicación de esta sumatoria final de capas de sentido que volverían sumamente complejo un fenómeno del que tampoco el marxismo podría dar cuenta, por el componente cultural y la adopción de la noción de disidencia permitida como señal confusa de libertad, en un ámbito de cultura material (no de ethos desviado ni de superestructura ideológica).

En ese sentido, se toma una categoría, mucho mas laxa , pero que pueda dar a entender esta sumatoria de capas articuladas de modo que puedan dar preponderancia a un discurso de libertad disgregada en diferentes libertades y comunidades que defienden sus propias libertades como si fuera una sola; en el momento que esto se entiende, todas aquellas libertades impostoras caen bajo una misma categoría analítica de libertades con arraigo en la realidad, dando como resultado una serie de propuestas que contienden o se articulan para conformarse en libertades mas solidas o incluso modelos democráticos que privilegian unas libertades disgregadas antes que otras (un acuerdo o convencionalismo suficiente, una sumatoria como base de fuerza pero jamas con legitimidad total)

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