EL VELO TRANSPARENTE PERO IMPENETRABLE DE LA CONFUSION ‘PÁNICA’
[Continuación del “segundo manifiesto pánico (tercer milenio)” del 30 de octubre.]
Física: Era la reina de las ciencias y del teclado antes de ser destronada por la biología molecular. Como el surrealismo era el escaparate y ‘la modernidad’ antes del ‘pánico’.
El salto de tigre de la biología molecular pilló desprevenido los biselados de Nobel. Los académicos reconocen ya que la medicina es la práctica de curanderos inoxidables, mientras que la biología molecular es la ciencia de la vida.
Antepasados del ‘pánico’: Peatones de castillos en el aire que supieron, frente a los puristas y sus chatarras, aliar sabiduría y capacidad de definición.
Lucrecio cuenta la ciencia ‘pánicamente’ con el poema epistimológico “De natura rerum”. La interpretación “realista” de la Física siempre fue un análisis furtivo y ‘pre-pánico’:
Alucinación: Percepción del espacio y del tiempo en el ‘teatro de la realidad’.
Los accesorios acurrucados y apuntalados en este escenario no se pueden representar definitivamente ni bajo la forma de ondas ni bajo la de partículas. Se mueven en la secuencia determinada por el espacio y por el tiempo. Los electrodos los átomos o la luz no se comportan ni como olas del mar, ni como bolas de billar, ni como flores de lentisco.
El individuo ‘pánico’ se pregunta ¿por qué la alucinación se disfraza de realidad cuando podía elegir otra máscara? Y sobre todo ¿podríamos quitar el disfraz para reconstruir la esencia?
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Superdotado: Individuo ‘pánico’ capaz, evitando la alucinación, de resolver los problemas infinitos de un sistema confuso por necesidad. Por ello el superdotado puede inventar galaxias imaginarias o agujeros negros inexistentes y, más extraordinario, determinar la evolución del arte de vivir o del estado de la conciencia. El superdotado ‘pánico’ (con Sancho y Borges) piensa que estamos jugando al ajedrez al interior del teatro de la virtualidad sin adormideras ni sombrillas.
Información: Elemento ‘pánico’ (en su confusión) del conocimiento. Pues la información no describe un objeto o una teoría sino lo que de él o de ella sabemos.
Todo lo que conocemos del ‘teatro de la realidad’ es todo la información que llegamos a extraerle.
Las tres imposibilidades de la información:
.Enviarla más rápidamente que la luz.
.Clonarla a un sistema desconocido.
.Garantizar el código secreto de un sistema ‘pánico’.
Conocimiento ‘pánico’: Facultad en la que sólo cabe una cantidad máxima de información del espacio y del tiempo. Con la prognosis de que aparecerá una información aún más confusa.
Azar ‘pánico’: Ausencia imprevisible de información, teniendo presente que ésta no puede comportarse como materia.
Velo de la confusión: Frontera ‘pánica’ transparente, pero impenetrable, que nos separa del espacio y del tiempo (del “teatro de la realidad”). El ‘pánico’ no se pronuncia sobre la realidad de este teatro puesto que podría existir confusamente.
Límites de la confusión: Mojones que dan forma (y formalizan) la confusión.
Por ello el pragmatismo de la confusión es la actitud y adaptación que ponen de manifiesto el abismo que se abre cuando intentamos definir y medir cualquier sistema.
Ontología del pánico: Estudio del ser en tanto que ser (y no ser). Ciencia, pues, de la esencia de la confusión y el conocimiento integrados fuera de las riadas (de residuos y excrementos) de lo que llamamos “realidad”.
El camino único para conocer los límites de la ontología ‘pánica’ es precisamente la epistemología del pánico.
Jaculatorias (y eyaculaciones, del latín jaculari):
El correveidile, sin llamador ni morral, entre realismo e idealismo es la información confusa del espacio y del tiempo.
Amados lectores: sus comentarios, determinan y determinarán este manifiesto que se está componiendo y recomponiendo a ojos vista.
Otro arrabalesco: El detractor del ‘pánico’, saludado por hormigas, intenta no pensar, y olvida volver a su punto de partida.
Texto de Fernando Arrabal.
Texto de Fernando Arrabal.
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