Una estética contemporánea
Una estética contemporánea
Imagen: Richard Downs |
Cuando asignamos que el arte
contemporáneo se mantiene en un espacio que se podría considerar como un
multiverso , que cada vez es más difícil clasificar el arte entre tradiciones
existentes y que además las discusiones que se generan a partir del arte, se
refieren a las incógnitas sobre: cuando hay arte, el objetivo de ese arte y la
ubicación del mismo dentro de espacio de exposición; cuando vemos esta aparente
desorientación de la opinión exterior al arte que nos hace preguntarnos sobre
él y tratar de tomar postura es cuando vemos que el arte ha cambiado sus
valoraciones internas, pero que además también ha cambiado el mundo social que sirve
de sustrato y sustento; esto quiere decir que el arte cada vez se refiere más
hacia lo externo a él, pero diciendo algo sobre ese -afuera no artístico-. En
el arte actual se mezclan las diferentes técnicas modernas de producción
industrial que han impactado el quehacer cotidiano y a la vez se ha tomado como
una forma de decir algo, de interpelar a la sociedad y en ese instante también
se acerca al uso de los medios de comunicación como forma de propagarse,
dándole un énfasis al mensaje que pretende dar.
Dentro de un mundo que
introduce cambios en todos los ámbitos de la vida, el arte se enmarca como un
método para hacer un llamado hacia una temática especifica; el arte se ha
convertido en una estética general, una forma de vida y una forma de valorar las
acciones cotidianas, la vida es también un producto artístico y hay quienes
viven su vida artísticamente, como artífices.
Un elemento importante del
cambio social y que se entrevé en las nuevas elaboraciones de la cultura y la
estética, tiene que ver con que las obras de arte cambian los lugares en las
que se exhiben y los lugares en los que son accesibles las piezas, esto
inevitablemente ejerce una fuerza sobre los campos artísticos que desde la
perspectiva del público, cambian de valor y de significado, mientras desde la
perspectiva de los artistas el arte se ve obligado a nuevas elaboraciones que
escapen de la masificación general que trae consigo el mercado moderno del
arte; en este sentido se dan cambios en la relación entre “divulgación y
distinción (valor de clase y cultural) cuando los museos reciben millones de
visitas, y las obras literarias clásicas o de vanguardia se venden en
supermercados, o se convierten en videos”(Canclini:37. Paréntesis
introducidos). Esto significa que el privilegio de poseer y degustar obras
artísticas que pertenecían a un ideario de clase aburguesada, están ahora
accesibles para la generalidad, de cierto modo la exclusividad de la cultura
(distinción) se desdibuja, pero no la exclusividad de los privilegios sociales;
en esto sigue Canclini con un ejemplo del cambio en la forma que intencionan
artistas que comprenden de alguna manera estas condiciones de exposición y
mercantilización; se dice que “un escultor que decide hacer obras con tierra,
al aire libre, no coleccionables, está desafiando a quienes trabajan en los
museos, a los artistas que aspiran a exponer en ellos y a los espectadores que
ven en esas instituciones recintos supremos del espíritu” (Canclini:39). La
modernización de los caminos que recorre la obra para llegar a su público, no
solo ofrece un cambio en la forma, en la manera de apropiarse socialmente de
esa obra, sino, que también en las -reglas- estéticas que el arte concibe
dentro de sí como un imperativo al momento de irrumpir en la vida social.
Ya en la contemporaneidad la
estética del arte se engloba dentro de –prácticas artísticas- que dentro de sus
elaboraciones incluyen un producto final apreciable, y una instantaneidad en el
momento presencial de su elaboración, un proceso de estetizacion que se abre a
la vista de la generalidad, pero esta condición de ratificación también se da
en términos en los que los intercambios de disciplinas artísticas se hace
explicito e incluso el sentido estético puede ser una cuestión que se va
asomando en la medida en la que se va elaborando un objeto, como si el arte se
llevara a cabo por medio de una cadena de sucesos procesuales que son visibles.
Este elemento procesual es retomado cuando Bourriaud pone la discusión de época
sobre –lo ex formatico- como si se tratara de un método de elaboración
artística que rompe moldes per se; y es que también por el hecho de –romper
moldes-, de -publicar el proceso estetico- es que las conexiones entre las
nociones estéticas y las producciones artísticas son estrechamente vinculantes,
pues en el proceder del arte, internamente como nociones estéticas se
encuentran también las disposiciones ideológicas como justificación o como
inconsciencia del estado de las cosas, llevando a la concepción que se cita de
Altusser por medio de Stuart Hall: “la ideología como practica y no como
sistema de ideas”(Bourriaud:47, citando a Stuart Hall).
La práctica del arte,
entonces se reconoce en los cambios, y se cambia a sí misma, sea consciente o
no ese cambio, y estatizando ese cambio para convertirlo en un sentimiento
comunicable y que produce alguna identificación en el espectador; las practicas
estéticas poseen el potencial como medio de comunicación, como medio por el
cual crear las condiciones de la comunicabilidad mediante ese cambio en la
forma y la misma ruptura de lo que antes eran los lugares esperados de exposición,
tienen una idea detrás que tiene que ver con la búsqueda del impacto, el
planteamiento del problema sobre ¿Cómo atender las necesidades sociales,
haciendo una expresión llamativa?; sobre este punto Bourriaud trata la temática
de que los -estudios culturales- han tenido un papel importante en la
confección de un bagaje teórico sobre el cual el arte se ha unido en parte a el
análisis de la –línea de masas- para revalorizar la búsqueda de lo público.
Hay en esta búsqueda de lo
público, tendencias populistas talvez, búsqueda de lo atrayente, pero en los
sectores más profundos de la actividad artística, existe la -búsqueda de la
realidad- para su exteriorización en temáticas y formas de exposición. Si
entendemos las ideas anteriores como la caracterización del arte contemporáneo,
podríamos decir que en esas búsquedas, el arte se encuentra con: la crítica
social, psicoanalítica social, la búsqueda de una actividad artística más ligada
a la vida y un realismo que puede deformar imaginativamente las imágenes del
exterior o representarlas aparentemente; este sistema de producción estética
que se viene describiendo en los textos elaborados, incrementa el acercamiento
entre el inconsciente colectivo y el -deber ser- de la obra artística, la
cercanía de la forma oportuna para el bagaje psicológico del observador.
En La exforma de Bourriaud,
se toma la discusión entre sobre la estructura del inconsciente que Deleuze y
Guattari proponen: “el inconsciente no es un pequeño teatro sino una gran
fábrica, un lugar de producción lleno de –maquinas deseantes-“(Bourriaud:26);
entre fábrica o teatro es la discusión de estos autores, pues miran en la
psicología social un campo de experimentación y de acción estética.
De la mano con las nuevas
expresiones interdisciplinarias, las que se clasifican como arte pero a veces
no son clasificables dentro de los compartimentos internos del arte; se
encuentran también las expresiones que se han desplazado hacia posiciones que
desvalorizan su intención, que se dirigen a públicos específicos e interesados
en sus temas, o que han sido presionados por la hegemonizacion de la cultura
moderna; Canclini hace un análisis de la cultura artística desde varios puntos
de vista, desde la hegemonía cultural, una visión del sistema arte, la
hibridación histórica (modernización con rezagos e interculturalidad) y la
teoría de campos de Bourdieu, estos puntos de partida para el análisis del arte
son importantes no dejarlos caer pues son al mismo tiempo conclusiones utilizables
para la lectura del arte; resumiendo la postura de Bourdieu: “cada campo
cultural es esencialmente un espacio de lucha (también interna) por la
apropiación del capital simbólico, y en función de las posiciones que se tienen
respecto de ese capital –posesores o pretendientes- se organizan las tendencias
–conservadoras o heréticas-”(Canclini:41). Desde este caudal es desde donde
fluyen las producciones Contemporáneas como recordando a los grandes
movimientos que conformaron las vanguardias artísticas y la innovaciones en la
tecnología artística desde principios del siglo XX.
El
arte contemporáneo costarricense.
Costa Rica no es un país
aislado en cuanto a producción artística y mucho menos en cuanto a actividad
cultural relacionada al arte contemporáneo, basta con mencionar algunas de las
salas que se han abierto para servir de refugio a muchos artistas emergentes,
que panorámicamente se diversifican en muchos temas a tratar, muchas maneras de
expresar, e incluso existen diferencias entre por ejemplo el -Museo Nacional- y
el de -Arte y diseño Contemporáneo-; entre estos museos la forma de exposición
varia tanto como el valor de las piezas contenidas.
En el Museo de Arte
Contemporáneo como es habitual en el estilo, se entra en un juego de
representación social de la cultura cotidiana por lo que se puede decir que es
conceptual y se dirige hacia la transmisión de un mensaje no siempre claro ya
que se construye con símbolos visuales y algunas veces frases escritas dentro
de la sala que recalcan la necesidad de una ubicación diferente en el mundo de
significaciones, se podría decir que hereda la noción y expresión que tuvo el
arte “pop” que es la reutilización de los símbolos intervenidos de la sociedad
de consumo (marcas de ropa, comidas rápidas, objetos…), símbolos que a la misma
vez son de características bastante urbanas, por lo que expresa los rasgos y
decadencias(o contradicciones) de la sociedad moderna actual; también se
incluyen dentro del museo elaboraciones que no necesariamente son solamente
apreciables sino que son vestibles, la parte de –diseño contemporáneo- que
posee el museo a modo de tienda; en el Museo Nacional el arte expuesto un valor
por servir de aprendizaje histórico, de historia de las culturas costarricenses
y se recurre en lo más actual a un folclorismo.
Artistas costarricenses han
emprendido la tarea de la investigación de técnicas, temáticas y modos de
expresión, muchos grupos han surgido como el grupo Bocaraca que produjo bastante
experimentación artística y más que todo ayudo a la confección del campo
artístico como lo conocemos ahora; se han servido de diferentes tradiciones
artísticas para modernizar las técnicas, abrirse campo en el publico
costarricense, en artistas como Miguel Hernandez uno de los integrantes del
grupo Bocaraca que toma fuerza a partir de los años 80, innovando en el arte
plástico con sus figuras estilizadas y técnicas que logran nuevos efectos
visuales, En un texto suyo llamado -Museos de arte contemporáneos- el menciona
que su arte “sin querer hablar de evolución de su narrativa inconexa,
dislocada, esquizofrénica y postmodernista, sujeta a dos conceptos
aparentemente opuestos de lo inobjetual y figurativo relacionados de manera
ambígua, ha pasado a una mayor integración temática y formal. Siguen presentes
la mezcla de sensibilidades, el contraste entre la manualidad del oficio del
pintor en sentido tradicional y lo industrial”; dejándose mostrar de primera
mano lo que él considera sus avances artísticos y que podrían representar según
lo visto anteriormente, el recorrido desde lo panorámico hasta una concreción
del estilo y su auto referencialidad, típica de la expresión contemporánea,
pero intensamente y por convicción, comparte también su estética humanista.
Referencias:
-Nicolas Bourriaud. La
Exforma. Adriana Idalgo Editora S.A. 2015
-Nestor Garcia Canclini.
Culturas hibridas, Estrategias para entrar y salir de la modernidad. Ediciones
Grijalbo. 1990
Referencias a modo de ejemplo en CR:
-La fórmula del arte
contemporáneo costarricense: http://www.heterogenesis.com/Heterogenesis-5/Textos/hcas/H-37/Ribot.html
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