32-23. La Kahbala de la estadística nacional
Cuando uno
comienza a entrarse en los sistemas de estadísticas, a las elaboraciones
metodológicas que están inmiscuidas en la producción de tales tablas de
numerología social, lo primero que se percibe en tales complicaciones
formuladas para el trato del gobierno y la toma de decisiones, es que las
mismas poseen carencias que dada su función tan importante de síntesis de la
condición de los pobladores de un lugar, debería de proveerse por lo menos
conjuntamente con aclaraciones de carácter observacional y metodológicas
cortas, sobre la manera de selección de los totales marginales; estas
aclaraciones deberían ser una manera para que de una vez por todas se rompa con
el naturalismo del que los estadísticos escapan pero difunden y ahí radica la
preocupación, la paradoja del científico estadístico y de todos los demás que
utilicen estas estadísticas para el conocimiento de la realidad social que nos
rodea.
Se arrastran
ciertas maneras de comprender los números, las estadísticas y las cuentas, como
si de kahbala se tratara, estos números están rodeados de la mística de su
elaboración a manos de especialistas y de una práctica que tiende a enumerar y
cuantificar los factores que se ven involucrados en cualquier situación o
fenómeno.
Por ejemplo
cuando se cruzan indicadores de Necesidades básicas insatisfechas (NBI), con
indicadores de carencias de consumo, encontramos grupos significativos en
términos de la estadística tradicional, que poseen NBI pero que no reportan
carencias, no parece ser un error de registro porque el número es
significativo, pero podría deberse a un error de comunicación en cuanto al
ánimo indagatorio, o puede deberse a la propia percepción que reporta en
encuestado; en todo caso estos casos son insondables con estos números, y
podríamos considerar inconsistencias estadísticas que gracias a su aparición,
nos dan de que hablar y nos ofrecen problemas a resolver y más confirmaciones
de la insuficiencias estadística, sin embargo esto que digo no debe
considerarse una demolición de las ciencias estadísticas sino un refuerzo al
ánimo científico de la creación de variables cuantificables y el ánimo
explicativo en lugar de la anemia explicativa. Es decir, el objetivo de esta
clase de críticas debería entenderse como un deseo de robustecer la capacidad
explicativa de tales ciencias.
En estas
condiciones de inconsistencia se deben aplicar otro tipo de estudios que traten
de cuantificar de manera simple los esfuerzos de las personas por satisfacerse,
sus dificultades en tal tarea, etc. Para otras numerologías cabalísticas, se
pueden apuntar los casos en donde los valores atípicos sesgan las estadísticas
o donde la aplicación de discriminantes (en funciones) señala zonas de valores
profundamente atípicos pero correlativos por segmentos; otros casos donde cada
gasto se inscribe como capacidad de consumo, cuando en realidad si vemos la
entrada y salida de fondos en una persona o población, podemos ver que toda la
entrada de dinero se dedica al mantenimiento del nivel de vida y no existe
avance expresado en excedente u ahorro (fíjense en la cábala –expresado en-
como mínimo), es decir que se vive el día a día aun en lo que podríamos llamar
clases media u altas, lo cual es una anomalía comprensiva, pues se creería que
eso solo sucede en casos de pobreza extrema o clases bajas y no como fenómeno
sistémico o tendencia sistémica.
La Cahbala y
la numerología aun nos dominan desde que en oriente se popularizaron las
cuentas en los judíos, y en la historia del siglo XX se exalto la inteligencia
lógica de las poblaciones judías frente al holocausto europeo; la mística de
los números esta difundida, mística le digo por la confianza entera en sus
capacidades formales, la fe en sus capacidades explicativas a pesar de que lo
cuantificable es solo una parte de la realidad sobre la que se aplica, y ademas
lo que logre explicar es solo una parte de esa parte, la de los factores que
logra establecer conceptualmente.
Si abarca los temas de calidad de vida o de satisfacción en el consumo, la capacidad de
consumo se mide en gastos, provenientes de un sueldo, proveniente del concepto
de posesión de dinero como una variable para la estabilidad económica; la estadistica y su capacidad simbolico-explicativa siempre
se representa como partes de partes (de la realidad social, la estable y de esta la cuantificable) representando un todo, -pars pro toto-.
El sentido es omni-explanans mientras que la manera de construirlo es sumamente acotada, especifica, con ciertos factores inamovibles y bien constituidos, es un modelo formalmente bello pero tan especifico que es una contradicción con el ánimo de universalidad propio de toda ciencia; sin embargo la explicitación de esa especificidad y de la capacidad de inferencia acotada también, es dada por los conceptos probabilísticos conjurados con el -ceteris paribus- aun viviente dentro de las disciplinas económicas, pero no explicitado dentro de las otras teorías probabilísticas al momento de hacer el proceso de comunicación de una serie de estadisticas.
El sentido es omni-explanans mientras que la manera de construirlo es sumamente acotada, especifica, con ciertos factores inamovibles y bien constituidos, es un modelo formalmente bello pero tan especifico que es una contradicción con el ánimo de universalidad propio de toda ciencia; sin embargo la explicitación de esa especificidad y de la capacidad de inferencia acotada también, es dada por los conceptos probabilísticos conjurados con el -ceteris paribus- aun viviente dentro de las disciplinas económicas, pero no explicitado dentro de las otras teorías probabilísticas al momento de hacer el proceso de comunicación de una serie de estadisticas.
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